domingo, 5 de junio de 2016

Muhammad Ali, Mito y Leyenda del Boxeo Mundial



Muuhammad Ali, uno de los mayores deportistas del siglo XX, murió este viernes 03 Junio 2016 a los 74 años en un hospital en Arizona. El exboxeador, tres veces campeón de peso pesado, sufría del mal de Parkinson desde 1984.
 
Muhammad Ali, nacido como Cassius Marcellus Clay en 1942, fue probablemente el boxeador más grande de todos los tiempos y, para muchos, el mejor deportista de la historia. Natural de Louisville, Kentucky, el robo de su bicicleta cuando era un niño le cambió la vida. El policía al que realizó la denuncia resultó ser un entrenador de boxeo que inició al joven Cassius en el mundo pugilístico. 
Con 18 años y siendo todavía amateur consigue su primer gran éxito al ganar la medalla de oro del peso semipesado en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Este logro le hace volcarse en el profesionalismo de la mano del mítico entrenador Angelo Dundee. Durante sus primeros años como profesional ganó numerosos combates, casi todos por KO, y forjó su  carácter.
Muhammed Alí pronto se volvió famoso por su estilo poco ortodoxo y su constante autopromoción. Solía recitar sus bravuconadas en las que mencionaba en qué round noquearía a su oponente, ya fuera en ruedas de prensa o en programas de televisión. Eran bien conocidas las alabanzas a sí mismo, con frases como “soy el más grande” o “soy joven, hermoso, rápido y nadie me puede vencer”. 



Su gran progresión en los rings le convertieron rápidamente en aspirante a la corona mundial de los pesados que ostentaba Sonny Liston. Clay ganó el combate y se proclamó por primera vez campeón del mundo en 1964. Al día siguiente se cambió el nombre y se convirtió al Islam. Un año más tarde, Ali concedería la revancha a Liston y le volvería a derrotar con uno de los KO más espectaculares de la historia, la denominada “Mano Fantasma”.


 En 1967 rechazó incorporarse al ejército estadounidense apelando a su condición de musulmán y a su oposición a la Guerra del Vietnam. Fue arrestado y declarado culpable de evasión del servicio militar, despojado de su título y suspendida su licencia de boxeador. No fue encarcelado, pero no volvió a pelear en casi cuatro años mientras su apelación llegaba al Tribunal Supremo, donde fue finalmente admitida.
Clay fue desposeído de su título y condenado a 5 años de prisión y una multa de 10,000 dólares por negarse a ir a la guerra de Vietnam.

 Muhammad Alí perdió la licencia de boxeador. Durante sus años de inactividad deportiva, hasta 1971, cuando el Tribunal Supremo le dio la razón por complejas razones técnicas, creció un nuevo Alí: un héroe que hablaba en las universidades como símbolo del orgullo negro y de la paz.
  


The Beatles y Alí posaron en el ring en 1964 durante la gira que el grupo dio por Estados Unidos  Muhammad Ali
  El hombre que volvió a los cuadriláteros ya no era el mismo boxeador. Ya no bailaba, ya no flotaba como una mariposa. Sin embargo, su larga lucha contra el miedo había desarrollado en él una virtud más poderosa que la agilidad: la fuerza mental. Aunque disputó muchos otros combates y alzó de nuevo el título de campeón, por dos veces, el instante de mayor gloria de Muhammad Alí llegó el 30 de octubre de 1974 en Kinshasa, capital de un país pobre y oprimido que entonces se llamaba Zaire y hoy se llama Congo.
El veterano Alí se enfrentaba al formidable George Foreman, uno de los pegadores más duros. Aquel combate, hoy envuelto en leyendas, fue un espectáculo angustioso. Alí se recostó contra las cuerdas y se dejó pegar, y pegar, y pegar, asalto tras asalto. Recuerdo que mi padre, horrorizado, dijo que caería muerto sobre la lona. Le di la razón. Pero cuando Foreman se cansó de pegar, la mariposa y la avispa alzaron el vuelo. Fue solo un instante. Foreman cayó al suelo, más atónito que noqueado. Alí demostró que tenía razón: era el más grande.

Perder el miedo le llevó a disputar unos combates violentísimos con Joe Frazier y a dejarse apalizar por medianías como Spinks y Holmes.
 
Volvió a los rings en 1971 y mantuvo un duelo mítico con Joe Frazier, el hombre que por entonces ostentaba la corona del imbatido Ali. La llamada ‘Pelea del siglo’ ofreció 3 combates memorables: un gran contraste de estilos, dos excelentes boxeadores invictos, una verdadera enemistad entre ambos, el título mundial en juego y, por si fuera poco, el escenario más famoso del mundo como testigo (el Madison Square Garden de Nueva York). Ali convirtió su vuelta a los rings en una verdadera batalla racial. Frazier retuvo el título en 15 asaltos después de una hora de boxeo memorable y por decisión unánime. Dos años después volverían a verse la caras, nuevamente en el Madison. Frazier había perdido su corona ante George Foreman y Ali por fin pudo derrotarle, lo que le valió el derecho a luchar nuevamente por el título mundial ante el gran George. 
  
 Ali y Foreman disputaron en Kinshasa, entonces capital de Zaire, posiblemente el mejor combate de la historia. El encuentro, conocido desde entonces como ‘Rumble in the Jungle’, catapultó de nuevo a Ali a lo más alto y le devolvió el título mundial. El musulmán sorprendió a todo el mundo al emplear la mejor estrategia vista hasta la fecha: la famosa técnica ‘Rope a dope’, es decir, la de apoyarse en las cuerdas con el objetivo de cansar a su rival dando golpes para, cuando éste se hallaba ya exhausto, contraatacar buscando el KO.
 Tras su victoria, Ali decidió darle otra oportunidad a Frazier en el tercer y último combate entre ambos. El denominado ‘Thrilla in Manilla’, fue uno de los combates más devastadores de la historia. Ganó Ali por KO técnico.
Tras el combate, Ali le pidió el numero de teléfono de Joe a uno de sus entrenadores. Quería pedirle perdón por años de humillaciones verbales. Pero Frazier se negó. Durante los años que han pasado desde’ Thrilla In Manila’, ambos se cruzaron en varias ocasiones y en casi todas ellas, Frazier dejó claro sus sentimientos hacia su ex rival, quien en más de una ocasión se ha mostrado arrepentido por el daño que causaron las palabras dirigidas a Joe. 
  El impacto se sintió fuera del universo deportivo. “Para mí fue un honor ser amigo de un hombre que a través del triunfo y los desafíos se hizo incluso más grande que su propia leyenda”, sostuvo el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, en un extenso comunicado.
"Lo vimos crecer desde la descarada confianza de la juventud y el éxito a una madurez llena de convicciones políticas y religiosas que lo llevaron a tomar decisiones difíciles y vivir las consecuencias", subrayó Clinton. "Por el camino le vimos audaz en el cuadrilátero, inspirador con los jóvenes, compasivo con los necesitados y fuerte y con buen ánimo al cargar el lastre de sus problemas de salud", añadió.
 
 La fuerza de voluntad y las ganas de acumular dinero le empujaron más allá de lo razonable. Recibió demasiados puñetazos. El declive fue triste. Aún más triste fue la noticia de que sufría la enfermedad de Parkinson.

Callado y casi inmóvil por la enfermedad, se apagó el hombre y creció el mito, rodeado de un respeto casi universal. Es evidente que la muerte no podrá con su fama. Será para siempre el más grande.
 


Fuentes:
https://twitter.com/BobArum/status/738951427951726593/photo/1?ref_src=twsrc^tfw
http://www.clarin.com/deportes/?ns_campaign=menu-clarin&ns_mchannel=link_header&ns_source=submenu-deportes&ns_linkname=home-deportes&ns_fee=0.01
http://radio.uchile.cl/2016/06/04/muere-muhammad-ali-leyenda-del-boxeo?platform=hootsuite
http://www.elmundo.es/deportes/2016/06/04/57520bbdca474169568b4657.html

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