Chile es un país habituado a sufrir los embates de la naturaleza.
Sequías, erupciones volcánicas y principalmente terremotos, además de
generar graves pérdidas en vidas humanas, provocan cuantiosos daños en
el entorno económico, como la destrucción de fuentes de trabajo, lo que
en muchos casos, agrava la situación de vulnerabilidad de los sectores
más pobres de la sociedad.
Sabemos que el ser humano no puede físicamente contra la naturaleza y por eso históricamente ha buscado una manera de protegerse, y ante la tragedia, recomponerse y rápidamente volver a empezar.
Los seguros mitigan las pérdidas
económicas de las personas y las ayudan a recuperarse, con soluciones
más concretas y rápidas, que si sólo dependieran de la caridad o la
ayuda de las autoridades. Sabemos que el ser humano no puede físicamente contra la naturaleza y por eso históricamente ha buscado una manera de protegerse, y ante la tragedia, recomponerse y rápidamente volver a empezar.
Es así como
la industria de los seguros en Chile ha mostrado tener un
importantísimo e insustituible papel social. Un ejemplo de la respuesta
eficiente de los seguros es el reconocimiento público que otorgó la
Federación Interamericana de Empresas de Seguros a la Asociación Chilena
de Aseguradores por la gestión de las compañías tras el terremoto del
27 de febrero de 2010. Esta es, sin duda, la mayor catástrofe que la
industria de seguros, a nivel mundial, ha debido enfrentar.
Debido a esa tragedia, se pagaron alrededor de US$ 8 mil millones en daños asegurados. Si se estiman las pérdidas económicas totales por el sismo entre US$ 25 millones y US$ 30 millones, se concluye que existió casi un 25% de cobertura de seguro.
Debido a esa tragedia, se pagaron alrededor de US$ 8 mil millones en daños asegurados. Si se estiman las pérdidas económicas totales por el sismo entre US$ 25 millones y US$ 30 millones, se concluye que existió casi un 25% de cobertura de seguro.
A diciembre de 2010 ya se
había liquidado el 99% de los siniestros habitacionales, con
indemnizaciones que superaron los US$ 1.200 millones. En comparación con
el terremoto de 1985, las sumas pagadas fueron 88 veces superiores, lo
que es una clara señal de la mayor conciencia de la población para la
contratación de seguros.
Uno de los temas que surgió de esa tragedia, fue la falta de seguros en propiedades fiscales debido a que el Estado no toma seguros. Si lo hubiese hecho, los fondos para reparar escuelas, liceos u hospitales, habrían estado rápidamente disponibles y asignados para enfrentar la reconstrucción. Esto habría evitado discusiones sobre las prioridades que debe tener el Estado para ir en ayuda de las víctimas y la discusión tributaria. La industria de seguros está para aportar en la solución y forma parte del mecanismo de ahorro del país, muy necesario para el crecimiento.
Una tarea pendiente es continuar incorporando a la población más vulnerable al sistema de seguros. De esta forma su riesgo estará más acotado y no verán su frágil situación afectada cuando tengan la desgracia de ser víctimas de una tragedia.
Uno de los temas que surgió de esa tragedia, fue la falta de seguros en propiedades fiscales debido a que el Estado no toma seguros. Si lo hubiese hecho, los fondos para reparar escuelas, liceos u hospitales, habrían estado rápidamente disponibles y asignados para enfrentar la reconstrucción. Esto habría evitado discusiones sobre las prioridades que debe tener el Estado para ir en ayuda de las víctimas y la discusión tributaria. La industria de seguros está para aportar en la solución y forma parte del mecanismo de ahorro del país, muy necesario para el crecimiento.
Una tarea pendiente es continuar incorporando a la población más vulnerable al sistema de seguros. De esta forma su riesgo estará más acotado y no verán su frágil situación afectada cuando tengan la desgracia de ser víctimas de una tragedia.
Por: Jorge Claude - Diario Financiero
Fuente: http://www.df.cl/el-rol-social-de-los-seguros/prontus_df/2012-12-04/182417.html
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