domingo, 18 de noviembre de 2012

Nuestras Plantas, Nuestros Animales, ¿Nuestros Indígenas?

Ya es hora, me parece, de revertir esta situación. La renovación del Museo de Historia Natural está en proceso, el segundo piso se encuentra todavía cerrado por los efectos del terremoto y lo que se ha abierto no es sino una pequeñísima muestra de lo que es el potencial de su colección.
La primera vez que entré al American Museum of Natural History de Nueva York me piqué. Había estado el día anterior en el Metropolitan Museum of Art (MET) y notado que entre todo el arte que exponían no tenían casi nada de arte latinoamericano, menos aún de arte pre-colombino.


En el Museo de Historia Natural, en cambio, sí encontré bastante material pre-colombino, exhibido en un museo de ciencias naturales. Mi reacción instantánea fue de indignación, ¿Por qué los Egipcios y Romanos están en el Museo de Arte y los Quechuas y Olmecas en el Museo de Historia Natural?.


De tanto compartir mi indignación con distintas personas me enteré de varias cosas:
  • Primero, supe que el Museo de Arte de Nueva York sí tiene una gran colección de arte pre-colombino, y también de arte indígena más actual, pero esta sección estaba en remodelación y fue abierta unos meses más tarde desde mi visita.
  • Segundo, me enteré que la exposición antropológica del Museo de Historia Natural en Nueva York no ha estado exenta de críticas, y que en respuesta ha sufrido varias remodelaciones. Por ejemplo, se han incluido exhibiciones de “el hombre y su entorno” para la ciudad moderna. 
  • En su símil de Washington D.C,  me encontré hace unos meses con una exposición con la historia de los censos estadounidenses y sus distintas mediciones de raza. Es decir, en Estados Unidos los museos de este tipo han ido incluyendo el hombre en un sentido general, y no sólo exhiben culturas indígenas.
  • Pero ciertamente mi mayor sorpresa fue darme cuenta de que en mi molestia con los museos de Nueva York estaba ciega a algo mucho más obvio: en Chile el Museo Nacional de Historia Natural exhibe no sólo artefactos de indígenas pre-colombinos sino de culturas vivas. El museo exhibe, junto a los animales y plantas de nuestro territorio,  especialmente aquellas culturas que son parte del Chile actual como los Mapuche y los Rapa Nui.
Para los que no han ido al Museo Nacional de Historia Natural desde octavo básico les cuento que el museo en su muestra “Chile Biogeográfico” divide al país en zonas y de cada una describe su flora, fauna y “habitantes originales” . 
  • Es decir, nuestro museo no es como el de Nueva York que al menos tiene un ala antropológica, separada de los animales y plantas.
  • Las etiquetas correspondientes a los pueblos originarios están, eso sí, escritas con admiración y respeto.
  • En este sentido el museo sí ha sufrido cambios importantes. Atrás quedaron los folletos que presentaban máscaras como “horriblemente feas” y a los Patagones como antropófagos.  
  • Se nota que hoy se intenta mostrar lo excelentes que eran nuestros pueblos originarios (obviando eso sí, a quienes mantienen estas culturas vivas hoy). 
Pero, ¿qué sentirá, me pregunto, un niño Mapuche al visitar el museo en el contexto de su clase de Ciencias Naturales?, ¿Por qué tiene que ver una exhibición de “Machis y Lawentuchefes” en el Museo de Historia Natural cuando sus compañeritos Fernández, Aguirre o Meza pueden ver a sus antepasados en el Museo Histórico Nacional?.
En definitiva, ¿Porque si el Museo de Historia Natural es, como dice su nombre, un museo de historia natural, se exhiben en él Mapuches, Rapa Nui y Patagones?
La respuesta más simple es “siempre ha sido así”.  Así partió el museo  y nadie lo ha cambiado. Por supuesto, que nadie lo haya cambiado también dice algo de nuestro país.
El Museo de Historia Natural es el heredero directo de nuestro primer “Museo Nacional” , inaugurado en 1838. El interés en crear este museo fue por un lado presentar a Chile como un país occidental, civilizado y con interés científico. La creación de un museo científico se veía como símbolo de esto, una institución que pocos países latinoamericanos habían logrado sacar adelante en la época.
Por otro lado, se pretendía usar el museo para promocionar el territorio como valioso y atraer nuevos inmigrantes. Interés científico en si mismo había poco, de hecho los primeros directores del museo, todos europeos, se quejaron constantemente de la falta de interés en las ciencias entre los chilenos.
  • El francés Claudio Gay y el alemán Rodolfo Philippi fueron los primeros directores del museo. Ambos exploraron en nombre de la ciencia el territorio que Chile clamaba como propio, lo que incluía la Araucanía “no pacificada” y el desierto de Atacama todavía en disputa con Perú y Bolivia.  
  • Como ocurría en el resto del mundo en esta época, ambos directores incluyeron objetos, esqueletos y momias indígenas en la colección sin cuestionárselo.
  • La mayor parte de la colección indígena del museo fue tomada a la fuerza. Una parte fue recolectada directamente por exploraciones del museo que acompañaban las campañas militares chilenas tanto en la Araucanía como en Atacama e Isla de Pascua. 
  • Otra parte fueron donaciones o compras de objetos extraídos por privados de territorio indígena, con cuestionables métodos.  El museo tiene en su colección cráneos, esqueletos y momias indígenas, tomadas en su mayoría de antiguos cementerios.
  • Nada de esta historia tiene, hasta 1900, mucho de original. Así partieron los museos en todo el mundo, coleccionando no solo lo que les parecía “científico”, sino también lo que les parecía raro o curioso. Culturas diferentes a la europea ciertamente caían en esta categoría. 
  • Pero con el tiempo, se ha producido una diferenciación en el mundo de los museos y los indígenas han ido saliendo de la categoría “historia natural” o “ciencias naturales”.  Es aquí donde nuestra historia se vuelve original ya que los pocos intentos al respecto han sido infructuosos.
En 1911 y durante algunos años, un grupo de antropólogos ideó el Museo de Etnología y Antropología (MEA). En realidad el MEA estaba pensado como la sección de “pre-historia” del Museo Histórico  creado ese mismo año, pero como el museo no tenía suficiente espacio ni interés en la prehistoria su curador armó un museo propio.
La historia de este museo estuvo marcada por penurias, pero aún así se las arreglaron para incrementar la colección.
En 1916, el MEA se quedo sin curador, y el Museo de Historia Natural pidió oficialmente que la colección les fuera entregada a ellos, ya que ellos eran el museo “científico”. El personal del MEA argumentó que si debían mover la colección debería ser enviada al Museo Histórico, pero en el Museo Histórico no cabía.  Finalmente este experimento de museo fue obligado a cerrar y la colección enviada en parte al Museo de Historia Natural y en parte al Museo Histórico Nacional.
No fue hasta 1929 que el estado decidió hacerse cargo del desorden de museos que existía en Chile, creando la DIBAM.   La ley que crea la DIBAM señala expresamente que el Museo Nacional de Historia Natural, “incluirá en sus colecciones antropológicas, etnológicas y arqueológicas al hombre de Chile; pero la colección de base y preferencia relativa a la prehistoria chilena formará la sección de prehistoria del Museo Histórico Nacional”.

La creación de la DIBAM, si bien ordenó el plano museológico y puso bajo el mismo paraguas a todos los museos públicos no dio una respuesta definitiva a la pregunta:
¿Son los pueblos indígenas parte de nuestra historia o los consideramos parte del territorio?.
 Si miramos nuestros museos nacionales la respuesta es: ambas.
La ley permite que el Museo de Historia Natural siga exhibiendo y coleccionando material indígena. 
Por lo demás, el Museo Histórico nunca ha tenido los recursos, el personal o la inclinación a incluir momias en su colección. Estas se han mantenido siempre en el Museo de Historia Natural para su preservación.
Con los años, esta ambigüedad se ha mantenido. Se creó una sección pre-histórica en el Museo Histórico, pero su exhibición es hasta hoy pequeña. 
El Museo de Historia Natural nunca ha dejado de mantener y aumentar su colección antropológica del “hombre chileno”. De hecho, durante la Dictadura, se devolvieron bastantes objetos indígenas del Museo Histórico al Museo de Historia Natural, para hacer espacio a colecciones “mas relacionadas con la chilenidad.”
Y desde los 90, aún cuando Chile se ha reconocido como “multicultural” y se creó la ley que protege el patrimonio indígena, se ha avanzado poco. 
Sí se han cambiado las etiquetas y la narrativa dentro del museo para hacerla más amigable con la visión indígena.
Se renovó,  también, el antiguo “Museo Araucano”, transformándolo en el Museo Mapuche de Cañete, lo que sin duda es una notable iniciativa. 
Pero nadie se ha preocupado de rescatar a los indígenas del museo de ciencias naturales. O al menos de hacerle una exhibición propia al área antropológica.  O quizás contar con personas pertenecientes a la cultura respectiva dentro del equipo curatorial, como ocurre en los grandes museos del mundo.
En el resto de Latinoamérica los museos de historia natural han ido traspasando sus colecciones antropológicas, sobre todo aquellos que están en manos del estado.
  • En México se trasladaron las colecciones antropológicas  en 1940, y se creó el gran Museo de Antropología e Historia. 
  • En Argentina el Museo Nacional de Ciencias Naturales no incluye patrimonio cultural, se encuentran en el Museo Etnográfico (aunque hay que agregar que en su Museo Histórico Nacional no incluyen el mundo indígena). 
  • En Uruguay, como en Nueva York, se les ha dado su propia sección del museo, separándolos dentro de la misma institución y teniendo cada uno su sección (incluso en la web). 
  • En Colombia existe un museo de Ciencias Naturales y un Museo Antropológico e Histórico. Además del gran Museo Nacional que incluye arte, historia, etnografía y arqueología.  
  • En Chile acabamos de renovar el Museo de Historia Natural, y repetimos el mismo guión del siglo XIX!.
Un guión que nos cuenta “estas son nuestras plantas, nuestros animales, nuestros indígenas”, que incluye a los Mapuches y Rapa Nui como parte del territorio, un territorio que es nuestro derecho como chilenos a explorar y explotar.
Una exhibición que iguala a los visitantes del museo -los chilenos- con el ojo europeo, explorador y científico y a los indígenas con los animales y plantas,  como lo estudiado, lo explorado, lo conquistado. Ya es hora, me parece, de revertir esta situación !!! 
La renovación del Museo de Historia Natural está en proceso, el segundo piso se encuentra todavía cerrado por los efectos del terremoto y lo que se ha abierto no es sino una pequeñísima muestra de lo que es el potencial de su colección.
Hay mucho todavía por hacer para volver a tener un museo como el que existía antes del terremoto. Pero ¿queremos revivir exactamente el mismo museo?. Por ahora vamos por ese camino.
Me parece, en cambio,  que es necesario que repensemos cuál es el rol que los indígenas pueden tener en este museo, si es que debiesen tener alguno, o de frentón crear un Museo Antropológico o similar. 
Un museo que, siguiendo el patrón del Museo Mapuche en Cañete, tenga curadores que pertenezcan a los pueblos originarios,  que consideren “sagrados” los objetos que exhiben, que pueda entrar en comunicación con otros museos de su tipo en el mundo y que nos cuente como se vive la chilenidad desde otros puntos de vista.
Una exhibición así implica preguntarnos no sólo por el rol de lo indígena en el museo, sino su rol en nuestra historia, en la chilenidad y en lo que significa ser chileno. Este es, probablemente, el desafío más urgente.

Por: Magdalena Gil
Nota:  Esta columna se basa en un proyecto de investigación sobre la exhibición de indígenas en los museos nacionales Latinoamericanos que la autora realizó en la Universidad de Columbia.

Fuente:
http://www.eldinamo.cl/blog/nuestras-plantas-nuestros-animales-nuestros-indigenas/
http://recorriendosantiago.wordpress.com/2008/11/28/museo-nacional-de-historia-natural-de-chile/
http://www.askme.cl/getting-around/museo-historico-nacional/
http://aureliennewenmapuche.blogspot.com/2010/07/aplicacion-del-convenio-169-en-chile-el.html
http://www.santiagodechile.travel/galeria-fotos/culturales-santiago.html

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