Un asteroide de
300 metros de diámetro, bautizado por los científicos como Apophis,
pasará cerca de la Tierra en las próximas horas, momento que
aprovecharán los astrónomos para estudiarlo mejor y calcular su
trayectoria ante la posibilidad de que en las próximas décadas pueda
impactar contra nuestro planeta o dañar a los satélites de
comunicaciones que orbitan a 36.000 kilómetros de altura.
En el momento de mayor aproximación, el
meteoro estará a unos 14,5 millones de kilómetros, por lo que no
supondrá ninguna amenaza, al menos por esta vez, pues los cálculos
hechos desde su descubrimiento, en 2004, hacen presagiar que en abril de
2029 regresará y nos rozará. Entonces pasará a 30.000 kilómetros y
aunque de momento se descarta un choque, sí se temen daños en los
satélites geoestacionarios que orbitan a esa distancia.
La siguiente visita sería en 2036 y pese a
que el peligro aumentaría, la posibilidad de un impacto de momento
sigue siendo muy baja. En cualquier caso, los científicos señalan que
todavía es muy pronto para saber cuál será el recorrido exacto en esa
fecha.
En 2004, cuando se descubrió el
asteroide, se calculó que había un 2,7 por ciento de posibilidades de un
choque con la Tierra en 2029. Sin embargo, las mediciones que se
llevaron a cabo posteriormente descartaron que pudiera producirse un
impacto.
Durante su aproximación a la Tierra, el
pasado fin de semana, el telescopio Herschel de la Agencia Espacial
Europea (ESA) captó durante dos horas nuevas imágenes de 'Apophis', que
han revelado que este cuerpo celeste es más grande de lo que se había
calculado. Hasta ahora se pensaba que tenía 270 metros de diámetro.
Según la ESA, tiene 325 metros, es decir, un 20 por ciento más, precisó
El Mundo.
Si un asteroide de ese tamaño impactara
contra la Tierra, los daños que provocaría serían equivalentes a la
explosión de 25.000 bombas atómicas como la de Hiroshima.
Apophis es considerado en la actualidad
uno de los objetos más preocupantes a medio plazo, pues en 2029 y 2036
se producirán las siguientes aproximaciones a la Tierra. Aunque no
chocara con la Tierra, podría provocar pérdidas económicas importantes
si destruye los satélites que orbitan a miles de kilómetros de la
Tierra.
Rusia es uno de los países más activos a
la hora de preparar un plan ante la posible amenaza de 'Apophis'. En los
próximos años planea enviar un satélite a este asteroide para realizar
un seguimiento más preciso de su trayectoria y también se ha planteado
un aterrizaje en su superficie.
Por otro lado, la misión 'Don Quijote' de
la ESA se centró en el estudio de 'Apophis' para desarrollar soluciones
que permitieran desviar la trayectoria de un asteroide y evitar tanto
un impacto contra la Tierra como daños a los satélites de
comunicaciones.
Fuente: http://spanish.china.org.cn/photos/txt/2013-01/10/content_27642561.htm
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