La película "No", del director chileno Pablo Larraín, es la única cinta latinoamericana nominada al Oscar en 2013. BBC Mundo habló con su creador en agosto pasado, cuando se estrenó la película en Santiago.
La película "No", del director chileno Pablo
Larraín, retrata la campaña del plebiscito de 1988 que marcó el inicio
del fin del gobierno militar de Augusto Pinochet, quien había llegado al
poder en un golpe de Estado en 1973. El filme se basa en la obra de
teatro del escritor chileno Antonio Skármeta.
El largometraje se centra en la creatividad de
la campaña publicitaria –que le puso un arcoiris de fondo a la palabra
"No" e introdujo el eslogan "la alegría ya viene"- que le dio a Pinochet
su única derrota electoral y abrió las puertas para el retorno a la
democracia.
La publicidad de la coalición de partidos
opositores, la Concertación, fue utilizada de manera clave para pedirle a
los chilenos rechazar a Pinochet en las urnas, en un momento en que la
crítica al régimen estaba prácticamente vedada.
"Es conocida la manera en que Pinochet asume el
gobierno en un golpe de Estado y las posteriores violaciones a los
derechos humanos que ocurrieron", dice Larraín a BBC Mundo.
"Pero creo que muy poca gente sabe –sobre todo
fuera de Chile- cómo fue que Pinochet salió del poder, lo que ocurrió de
una manera interesante y democrática", agregó.
Pinochet permitía en ese momento, por primera
vez desde 1973, que se consultase a la población sobre su continuidad en
el poder. Una posibilidad que se dio luego de una reforma
constitucional que entró en efecto en 1980.
Sin embargo, las condiciones para la campaña opositora eran limitadas. En ello se centra la película.
Es la historia del creativo René Saavedra, el
personaje de un chileno que regresa del exilio en México y es
interpretado por el actor mexicano Gael García Bernal, quien representa a
uno de los ideólogos clave de una propuesta que se estima movió la
balance a favor del "No".
"(La campaña) es el catalizador que permite
derrotar a Pinochet y volver a la democracia. Y todo resultó de una
manera muy interesante y democrática", señala Larraín.
"Creo que es un caso único", afirma.
¿Ficción o realidad?
La película fue estrenada en mayo pasado en el
Festival de Cine de Cannes (Francia), donde obtuvo buena crítica y
además un reconocimiento en la categoría Art Cinema Award, según
determinó un jurado de cineastas independientes.
Además de la propia historia, ha sido su realización cinematográfica algo que ha atraído reacciones positivas.
Las imágenes de ficción se muestran con el
estilo de la televisión de los años ochenta, por lo que hay existe una
compaginación de las tomas de película con material de archivo
histórico, que hace difícil distinguir inmediatamente la realidad de la
ficción.
Pero es la trama lo que ha venido generando
comentarios en Chile. Sobre todo porque muchas figuras políticas de la
época aún participan del debate actual.
Al preestreno del filme asistieron tres ex presidentes de Chile: Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos.
Los tres reconocieron la importancia del
episodio en la historia del país, y la manera que fue retratada por
Larraín en esta película.
Pero otros dirigentes políticos de la época han
mostrado su malestar con el enfoque, al señalar que se banalizó el
contexto de la importancia política del plebiscito a través de un filme
sobre una campaña publicitaria.
"Creer que Pinochet perdió el plebiscito por una
franja (publicidad) de Televisión, es no cachar (entender) nada de lo
que pasó", señaló en Twitter el ex ministro de Lagos y de la ex
mandataria Michelle Bachelet, Francisco Vidal.
Larraín responde: "(el filme) no pretende ser la historia oficial de la vuelta a la democracia".
"Mi familia es muy diversa y hay diferentes opiniones. Siempre pude trabajar en libertad y no hubo inconvenientes" Pablo Larraín
"Es una película que corresponde a la ficción y
desde ese punto intenta contar la historia de manera interesante y
atractiva; pero que a la vez sea política y que cuente cómo se derrotan a
los dictadores a través de las urnas", añade.
"Yo diría que lo que resultó fue una mezcla de
ficción y de retrato de la realidad, ya que además entrevistamos a mucha
gente a lo largo de varios años, y eso fue algo que tuvimos que
convertir de algún modo en ficción".
Lo personal
El director chileno asegura que "mis padres
están muy orgullosos y contentos de que podamos hacer este tipo de
trabajo, y que esto sea vea dentro y fuera de Chile".
Una afirmación que no sorprende, a menos que se conozca la historia familiar de Larraín.
Su padre es Hernán Larraín, actual senador por el partido de tendencia conservadora Unión Democrática Independiente.
Su madre, fue incluso ministra del actual gobierno (de derecha) de Sebastián Piñera.
Ambos de un sector más cercano al pinochetismo que a la izquierda.
Sin embargo, Pablo Larraín es tajante cuando
responde a BBC Mundo, que "mi familia es muy diversa y hay diferentes
opiniones. Siempre pude trabajar en libertad y no hubo inconvenientes".
Larraín reconoce que aún hay heridas abiertas del pasado reciente que tardarán mucho en cerrar.
Larraín está consciente, sin embargo, del interés que ha generado su largometraje. En especial porque se enmarca dentro de una actualidad política chilena.
El movimiento estudiantil a nivel universitario y
secundario mantiene un conflicto por la gratuidad de la educación que
se mantiene presente como un tema en la opinión pública.
Además dentro de Chile hay una reciente ola
–documental, televisiva, cinematográfica- de revisar lo sucedido en los
años ochenta.
La figura del propio Pinochet también sigue
generando un debate que polariza muchos sectores de la sociedad. La
división de opiniones se resume en que para algunos fue "un dictador",
para otros "salvó al país del comunismo".
De hecho, hace una semana salieron al
conocimiento público algunos archivos secretos de la policía política de
Pinochet que fueron largamente debatidos en el país.
"El tema es que cuando no hay justicia hay cosas
difíciles de olvidar. Muchas de las personas que trabajaron para
Pinochet y fueron acusadas de violar los derechos humanos aún están
libres", señaló Larraín.
"Hay heridas abiertas y que tomarán mucho tiempo en cerrar", apuntó.
Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/08/120808_chile_pelicula_no_larrain_vh.shtml
Tengo que confesar que me daba pereza ponerme a ver 'No' de Pablo Larraín. Ya sabéis, Pinochet, la dictadura, con todo respeto, como que ya me lo sabía todo. Al estilo de las pelis españolas de la guerra civil. Ha sido una grata sorpresa. Entretenida, al estilo de 'Argo', con un 'look' extraordinario de esos años 80 y unos créditos magníficos. Más que recomendable. Un saludo!!!!
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