El Palacio Baburizza ha abierto sus puertas nuevamente a los porteños
y a los miles de turistas nacionales o extranjeros que recorren con
encanto el casco histórico de Valparaíso. Quienes aman la ciudad-puerto,
han visto con satisfacción la entrega por parte del gobierno nacional y
la municipalidad porteña del característico palacete art nouveau del
Cerro Alegre, con sus cuatro pisos, cuyos variados volúmenes se
articulan en un movimiento de fantasía y belleza alrededor de un gran
torreón.
El visitante lo encontrará todo debidamente restaurado: sus ambientes
interiores, su decoración y su parte museológica que abriga, entre
otras piezas de colección, obras de importantes pintores chilenos y
extranjeros. Pero también y por supuesto la parte estructural,
arquitectónica y el jardín, además de encontrarse ahora dotado de una
sala auditorio, de cafetería, restaurant y tienda.
Ha sido una estimulante obra de preservación y puesta en valor del
patrimonio cultural del casco histórico porteño, que representó una
inversión pública de más 2 mil millones de pesos. Ella se suma a otras
iniciativas gubernamentales igualmente encomiables en el rescate de la
bella identidad porteña, como la paulatina restauración de los
ascensores que comunican pintorescamente el plano con los cerros o la
puesta en marcha de la restauración de la emblemática la antigua Iglesia
de San Francisco.
La iniciativa forma parte en realidad de un proyecto más ambicioso del Gobierno: el Legado Bicentenario. Tal
proyecto contempla alrededor de 100 grandes obras de restauración de
bienes patrimoniales altamente representativos en el ámbito religioso,
institucional, cultural o social o de intervención y puesta en valor de
espacios públicos emblemáticos en todo el país.
Se trata de rescatar y
cultivar así la memoria histórica, elevando al mismo tiempo la calidad
de vida en nuestros pueblos y ciudades a través del desarrollo de lazos
vivos y accesibles entre la historia, la tradición, la belleza y la
cultura de una parte y la cotidianidad de sus habitantes, de otra. Un
modo de asumir la identidad nacional en el Chile emprendedor de hoy y
proyectarla hacia las generaciones futuras.
La notable mansión que hoy abriga el Museo Municipal de Bellas Artes edificada en 1916 los arquitectos italianos Arnaldo Barison y Renato Schiavon por encargo de la familia Zanelli. En 1925 la adquirió Pascual Baburica o Baburizza — como se pasó a escribir en Chile —, emigrante croata que arribó a nuestro país a fines del siglo XIX, transformándose con el tiempo en uno de los magnates del salitre. Con negocios y actividades en diferentes regiones del país, Don Pascual acabó haciendo de ella su principal residencia hasta su muerte, ocurrida en 1941 en Los Andes donde poseía una gran propiedad agrícola. Filántropo reconocido, legó con una valiosa pinacoteca a la Ciudad de Valparaíso. Un sobrino suyo vendió a la Municipalidad del Puerto la propiedad hoy conocida como el Palacio Baburizza.
Desde 1971 el Palacio abrigó el Museo Municipal de Bellas Artes y en1979 fue declarado Monumento histórico. Sin embargo, la mansión se fue deteriorando y su estado de conservación acabó siendo tan precario que en 1997 el Museo fuera cerrado.
Fuente: http://identidadyfuturo.cl/2012/10/el-museo-palacio-baburizza-restaurado/
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